Moda y Complementos

Sarah Burton eleva el poder de la feminidad con su colección Givenchy primavera/verano 2026

Si algo deja claro Sarah Burton en su debut es que la nueva alta costura de Givenchy será un espacio para mujeres reales y complejas donde la elegancia ya no se va a definir por la perfección sino más bien por la personalidad.

El debut de Sarah Burton al frente de Givenchy marca un punto de inflexión en la historia reciente de la maison francesa. Tras más de dos décadas en Alexander McQueen, donde consolidó una visión romántica, artesanal y profundamente emocional de la moda, la diseñadora británica asume el desafío de redefinir la feminidad contemporánea en una de las casas más icónicas de la alta costura parisina.

Su primera colección, Givenchy Mujer Primavera-Verano 2026, no solo es una declaración de intenciones, sino un verdadero manifiesto visual sobre la dualidad del poder y la delicadeza, una exploración de los arquetipos femeninos a través de un lenguaje cargado de pureza, precisión y sensualidad controlada.

En un contexto en el que la moda femenina de lujo busca reconciliar la elegancia clásica con la libertad individual, Burton propone un discurso introspectivo y maduro. Su Givenchy se aleja del espectáculo digital de la era Williams y se aproxima a una sofisticación silenciosa, más cercana a la emoción que a la provocación.

Una colección que equilibra fuerza y fragilidad

La colección Primavera-Verano 2026 presenta una paleta cromática dominada por blancos, rojos y negros, en la que la diseñadora encuentra el equilibrio entre lo formal y lo informal, lo etéreo y lo estructurado.

Burton deconstruye los códigos del prêt-à-porter con un enfoque casi escultórico: cuerpos revelados por transparencias de tul y malla, corsetería reinterpretada como símbolo de poder, y sastrería que se despoja de rigidez sin perder su rigor arquitectónico.

Un vestido de encaje blanco combinado con una chaqueta biker de cuero negro encarna esa tensión entre lo recatado y lo punk, entre la inocencia y la rebeldía. Con ello la diseñadora no busca complacer, sino desafiar la noción de lo femenino, ya que su mujer Givenchy es consciente de su fuerza, de su cuerpo y de su autonomía estética.


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Los tejidos ligeros y las siluetas vaporosas contrastan con los abrigos oversize y las piezas estructuradas, evocando una coreografía entre lo etéreo y lo terrenal. Un look en rosa salmón de líneas limpias y estructuradas introduce una nota de color inesperada dentro de la narrativa monocromática de la colección.

De Alexander McQueen a Givenchy

Givenchy colección primavera verano 2026

El paso de Burton de McQueen a Givenchy representa un ejercicio de transformación más que de ruptura. Si en McQueen su trabajo se centraba en la intensidad emocional y la teatralidad gótica, en Givenchy apuesta por una estética de contención y equilibrio.

Sin embargo, la huella de su mentor —el propio Alexander McQueen— sigue presente en la atención al detalle, el trabajo artesanal y la narrativa emocional que impregna cada prenda. Burton traslada esa sensibilidad al universo Givenchy, reinterpretando el legado de la maison con una mirada contemporánea y femenina.

Comparada con Riccardo Tisci, quien impregnó a Givenchy de sensualidad y dramatismo barroco, y con Matthew M. Williams, que llevó la marca hacia un lenguaje más industrial y urbano, Burton propone un retorno al alma de la alta costura, a la elegancia precisa y emocional. Su propuesta no busca el “shock value”, sino la autenticidad y la permanencia.

El arte de la discreta opulencia en los accesorios

En los accesorios, la diseñadora mantiene esa tensión entre contraste y coherencia. La joyería gráfica cae en cascada sobre la piel, aportando brillo sin excesos. Los mules ornamentados con lazos o pétalos juegan con la idea de lo ornamental como extensión del cuerpo, mientras que los bolsos adoptan formas esculturales que complementan la narrativa de la colección.

Cada detalle, desde los flecos hasta los bordados sutiles, refuerza el mensaje de una feminidad poderosa pero introspectiva, donde el lujo se mide en la precisión del gesto y no en la ostentación.

Un futuro prometedor para Givenchy

Con esta primera colección, Sarah Burton demuestra que Givenchy puede ser vanguardista sin perder su esencia. Su visión equilibra la modernidad con la tradición, la sensualidad con la sobriedad, y la innovación con la memoria.

Si algo deja claro su debut es que la nueva alta costura de Givenchy será un espacio para mujeres reales, complejas y conscientes, donde la elegancia ya no se define por la perfección, sino por la personalidad.

Burton, fiel a su estilo, ha inaugurado una etapa en la que la moda femenina de lujo vuelve a mirar hacia dentro. Y en ese gesto de introspección, Givenchy parece haber recuperado su voz más auténtica.


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Ana Martínez

Apasionada de la moda, los viajes y de un estilo de vida equilibrado y sostenible me encanta disfrutar de todo lo bueno que proporcionan las experiencias de alto valor añadido.

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