Maserati ha protagonizado por segunda vez un evento que se está convirtiendo en un referente que exhibe una colección de coches clásicos realmente única. El lugar elegido de nuevo ha sido la bella ciudad de St. Moritz en Suiza.
El fin de semana fue el sueño de los aficionados de la alta sociedad. En St. Moritz, que reunió a la jet set internacional, se dieron cita los coches clásicos más raros y atractivos, los coleccionistas más estimados, así como los grandes fans de la marca que encarna la elegancia y el estilo impecable.
Cuando se trata de elegancia, Maserati tenía que estar ahí. La marca de lujo italiana participó mostrando algunas de sus creaciones más codiciadas del pasado y del futuro. De los ejemplares únicos y de los nuevos modelos eléctricos expuestos, los coches Trident ocuparon sin duda un papel protagonista, despertando una gran admiración y aprecio entre el público y el jurado.
El Maserati 420M/58 Eldorado, creado para la segunda 500 Miglia en Monza, celebrada en 1958, no tuvo rival y obtuvo la victoria en la categoría Open Wheels de monoplazas construidos entre los años 50 y 70. Coches pocas veces vistos en público que recuerdan la belle époque de las carreras, cuando cada carrera era un desfile que podía dejar sin aliento a la gente. Otros ejemplares muy apreciados fueron el elegante 3500 GT Touring y el Maserati Mistral, pionero de los coches Trident.
Uno de los miembros del jurado fue Klaus Busse, Jefe de Diseño de Maserati y autor creativo de las creaciones modernas del Tridente. El SUV Grecale hizo acto de presencia en St. Moritz en su futurista edición única “Mission from Mars”, al igual que el inconfundible MC20 Cielo spyder, en su versión Fuoriserie, junto a la última llegada, el nuevo GranTurismo, en la emocionante versión Trofeo y en su variante 100% eléctrica, GranTurismo Folgore, el primer íntegramente eléctrico de la historia de Maserati.
En un itinerario sobre el lago helado creado ad hoc para el deleite de los coleccionistas que con entusiasmo se precipitaron allí para mostrar sus joyas del automovilismo, el ambiente glamuroso y chispeante, lleno de historia y modernidad, convirtió una vez más cada momento del I.C.E. St. Moritz en algo mágico y extraordinario.
