Si hay una familia que puede presumir de talento y creatividad, esa es sin duda, la familia Ochoa. He tenido el privilegio de conocer a dos hermanos, Domingo y Francisco, que cada uno en su ámbito de actuación se han convertido en todo un referente y un modelo a seguir como baluartes de un modo de entender la vida que encuentra todo el sentido en el arte y la singularidad. Pero, por si fuera poco, no sólo esas cualidades definen a Francisco y a Domingo, sino que también estamos ante dos personas que saben bien lo que es luchar en la vida. Dos hermanos que con su bagaje contribuyen a perfilar la definición de tenacidad. Dos personas afables, inspiradoras y, sobre todo, dos arquitectos de un legado que perdurará en el tiempo y que nada ni nadie podrá arrebatarles jamás.
Pero centrémonos en Francisco Ochoa, un maestro artesano especializado en calzado que es sinónimo de buen hacer y de todo aquello que representa la tradición y la innovación puestas al servicio de una clientela muy selecta que sabe bien cuáles son los elementos que deben definir un producto de calidad capaz de satisfacer sus expectativas. Su vinculación a la fiesta de Las Fallas de Valencia le confiere un prestigio sin igual, pues no en vano es quien se encarga de confeccionar los zapatos de fallera que más renombre tienen en la región.
Y es que la profesión de artesano es un oficio que, a lo largo de los siglos, ha logrado mantenerse relevante y apreciado en un mundo cada vez más inclinado hacia la producción en masa. La habilidad de crear productos únicos, con una calidad y un carácter que solo el trabajo manual puede conferir, distingue a los artesanos de otros tipos de productores. Este enfoque en la singularidad y la personalización, lejos de perderse en la era digital, ha encontrado nuevas vías para reafirmarse y expandirse, gracias a la valoración creciente de lo auténtico y lo hecho a mano en diversas culturas y mercados. La capacidad del artesano para integrar tradición y modernidad, adaptando técnicas antiguas a las necesidades y gustos contemporáneos, no solo preserva el patrimonio cultural, sino que también enriquece el tejido social y económico de las comunidades.
El oficio de artesano del calzado es una profesión que combina habilidad, creatividad y un profundo conocimiento de los materiales y técnicas de fabricación para crear zapatos de alta calidad que son tanto funcionales como estéticos. Estos artesanos dedican una atención meticulosa a cada detalle, desde la selección de cueros y tejidos hasta el corte, cosido y montaje final, garantizando un producto final que no solo es único, sino también cómodo y duradero. A través de sus manos, la tradición se une a la innovación, adaptando diseños clásicos a las tendencias modernas y necesidades específicas de sus clientes. Este oficio, rico en historia, no solo preserva técnicas ancestrales de manufactura, sino que también ofrece una alternativa sostenible y personalizada frente a la producción industrial de calzado, destacando la importancia de la calidad sobre la cantidad y fomentando una relación más consciente y personal con lo que llevamos en nuestros pies.
Vamos a conocer mejor este oficio a través de la conversión que hemos mantenido con Francisco Ochoa a quien agradecemos el tiempo que nos ha dedicado para hacernos comprender mejor una profesión de alto valor añadido.
Pregunta.- ¿Cuándo decide usted dedicarse a la artesanía del calzado? ¿Cómo le llega esa primera oportunidad?
Respuesta.- “Mi vida desde los 14 años la enfoque en este sector del calzado porque mi madre prestaba sus servicios en una empresa de calzado en Torrent, denominada “Calzados Chuán”, y ahí empecé como aprendiz del oficial cortador de zapatos, tanto de comunión como de colegial, niño y niña. Allí entre el olor a piel natural y el interminable modelaje y variedad de opciones que ofrecía el producto que creábamos a mano, nació mi vocación de llegar algún día a ser fabricante de calzado a nivel artesanal y poder crear mis propios modelos y dar rienda suelta a mi creatividad.
Durante los diez primeros años estuve aprendiendo todo lo que había que saber para dominar la fabricación de zapatos, cortar, conocer las cualidades de cada tipo de piel, su textura, sus virtudes y defectos para extraer lo mejor de cada pieza y como trabajarla según sus características y calidad, etc.
Cuando Calzados Chuán dio por finalizada su actividad creé mi primera empresa junto a otro compañero llamado José Paya. Ambos decidimos la continuidad de la fabricación uniendo nuestros conocimientos para seguir progresando y creciendo dentro del mundo del calzado artesanal fundando una nueva empresa.
Tras cinco años abriendo camino y creciendo profesionalmente, se dio el inicio de la circunstancia que actualmente ya ha creado la tendencia industrial a nivel internacional. China despertaba y ya en aquella época hería de gravedad al sector del calzado, ya que el gigante asiático empezó a entrar en el mercado español y europeo con productos mucho más económicos, aunque evidentemente de una inferior calidad.
En estas circunstancias, mi socio, el Sr José Payá decidió jubilarse y tuve que tomar decisiones sobre mi futuro profesional que me llevaron a seguir apostando por mis sueños y por la calidad del trabajo que había ido perfeccionando durante ya muchos años con mucho esfuerzo e ilusión.
Tras esa circunstancia, yo era consciente de que podía competir en nuestro nicho de mercado de zapato artesanal de alta calidad y aunque no podía competir en precio, sí que era muy competitivos en cuanto a calidad y exclusividad con ese producto, y buscando las mejores opciones en este nicho de mercado, tuve la suerte de unir mi trabajo y esfuerzo al equipo de José Miguel y Carmen Tormo, que eran fabricantes de zapatos de fallera, donde empezó mi andadura en éste sector tan bonito y particularmente exclusivo.”
P.- ¿Qué es para usted la artesanía? Si tuviese que resumir su profesión en unas pocas palabras ¿Qué es lo que usted destacaría especialmente?
R.- “Para mí la artesanía es crear el zapato de principio a fin con nuestras manos y dedicado a una persona determinada, ya que creamos cada zapato a medida y personalizado a nuestro cliente corrigiendo las necesidades que muchos padecemos en nuestros pies, los cuales son la parte más delicada a la hora de vestir y el confort de los pies es fundamental para la salud de nuestro cuerpo.
Lo que destacaría de mi profesión es la creación de zapatos cómodos y perfectos estéticamente que me permiten disfrutar cada día mientras les doy forma con mis propias manos en un mundo inagotable de posibilidades, opciones y texturas diferentes relacionadas con el arte de crear una obra de arte para nuestros clientes.”
P.- ¿Cómo es el proceso de creación de un calzado tan especial como el de una fallera? Desde el diseño hasta la confección hay todo un conjunto de elementos que convierten a un simple calzado en una verdadera obra de arte, en una pieza única capaz de despertar las miradas de los que valoran el trabajo bien hecho. Cuéntenos más en detalle cómo es todo ese proceso.
R.- “Mi meta desde el momento que entra la tela por la puerta es crear unos zapatos perfectos, cuya simetría y belleza llamen la atención y puedan ser disfrutados a diario pese a tratarse de un producto exclusivo para nuestro cliente.
Cuando extiendo la pieza textil en mi mesa de corte, en lugar de un pedazo de tela, mi cabeza visualiza una a una las piezas que voy a poner en cada parte del zapato: cómo debe ser la punta, los lazos, los tacones, adornos personalizados, etc. para que queden unos zapatos totalmente simétricos y armoniosos.
Mi meta es crear unos zapatos perfectos, cuya simetría y belleza llamen la atención y puedan ser disfrutados a diario
Francisco Ochoa, maestro artesano del calzado.
Todo ello se presenta en mi mente creando una imagen del zapato terminado, porque una vez tomas la decisión del corte de la tela o la piel para extraerle su mejor virtud ya no hay vuelta atrás y hay que tener en cuenta que siempre veces son telas de gran calidad que nuestros clientes suelen traer en la cantidad justa para su realización.
El reconocimiento a mi labor artesanal ha llegado después de años y años trabajando duramente, con infinidad de jornadas que duran hasta la madrugada para llegar a tiempo con nuestros clientes, que son nuestros amigos y de los cuales conocemos la ilusión que ponen en el diseño de sus nuevos trajes de falleras, y evidentemente el complemento más importante de los mismos, los zapatos. Unos zapatos cómodos y perfectos son el complemento que les permitirá estar horas y horas de pie en las largas jornadas de la Ofrenda de las Flores a la Virgen de los Desamparados o la multitud de pasacalles, presentaciones y actos falleros donde lo más importante siempre acaba siendo la comodidad de un calzado hecho a medida para que toda esa devoción e ilusión que se siente durante las fallas valencianas, sean lo más cómodas y placenteras posibles.
Siempre he intentado crear zapatos diferentes en cuanto a comodidad y diseño. Para ello he ido innovando en cuanto a la materia prima para que cuando una fallera se pone un zapato de Paco Ochoa sienta el confort de su interior y la belleza exterior.”
P.- Desde luego, si hay un nombre propio en el trabajo artesano del calzado fallero sin duda es usted, pero ¿Cómo se llega a ser el verdadero referente en el diseño y confección de zapatos para falleras? ¿Cuando empieza ese reconocimiento ganado a base de esfuerzo, tenacidad y sobre todo mucho talento?
R.- “Empece con la fabricación de calzado especializado para el mundo fallero y del sector del baile allá por el año 2.000 y a base de esfuerzo, mucha ilusión, sacrificio, compromiso e inexcusablemente el cumplimiento en las fechas de entrega que son de vital importancia en este sector, ya que los clientes necesitan los zapatos en unas determinadas fechas exactas para llegar a lucir sus mejores vestidos y complementos en todos los actos que realizan.
La honradez en mi trabajo y la exigencia que siempre me impuse en la calidad y el cumplimiento de las fechas de entrega, me fue creando un nombre y reconocimiento de marca dentro de este exclusivo sector.”
P.- Dicen que el oficio de artesano está en decadencia, pero en nuestra opinión ese oficio está mirando ahora mismo a un mercado de alto poder adquisitivo. La artesanía es un valor en alza si se sabe interpretar la evolución de los mercados, sobre todo a nivel internacional. Dígame, en base a su experiencia y a su saber hacer ¿Qué les recomendaría a aquellas personas que se están planteando entrar en el mundo de la artesanía para liderar sus respectivas disciplinas tal y como lo ha hecho usted durante décadas?
R.- “El oficio de artesano y sus creaciones están dirigidos a personas con alto poder adquisitivo o con la suficiente ilusión y pasión para invertir en algo que realmente desea disfrutar, por ello siempre y especialmente hoy en día existe un gran mercado para esta profesión, pero es muy decepcionante que un mercado que está en alza no pueda tener la continuidad que merece ya que no hay ayudas para la formación de nuevos profesionales ni se motiva a la gente joven con la formación o las ayudas necesarias para poder formarlos en las empresas.
Mi recomendación para las personas que quieran entrar en este mercado es que busquen profesionales con quien poder formarse y que tengan ilusión por la creación y la innovación.
Francisco Ochoa, maestro artesano del calzado
Mi recomendación para las personas que quieran entrar en este mercado es que busquen gente profesional con quien poder formarse y que tengan ilusión por la creación y la innovación. Ahora es muy difícil emprender o encontrar continuidad en el sector artesano pese al increíble futuro que ofrece, ya que al ser un nicho de mercado minimalista, no hay centros de formación o ayudas estatales para ello, siendo precisamente esos detalles lo que los hacen un mercado de futuro muy interesante y productivo, dada su exclusividad y la escasez de competencia.
Bajo mi experiencia personal de los últimos años, creo que las personas más interesadas actualmente en dar continuidad al sector son las personas que proceden de fuera del país a los cuales hay que enseñarles a trabajar de acuerdo con nuestros métodos ya que en los países en los que todavía se hace calzado artesanal (Sudamérica) tienen una forma de trabajar más básica y menos competitiva, por lo que hay que formarlos.
Ojalá los jóvenes españoles tuvieran también conciencia del magnifico futuro que pueden obtener en el aprendizaje de una labor artesana como la que yo he desempeñado toda la vida, porque sin duda es una profesión que siempre puede garantizar un futuro a quien decidiera ser un buen profesional de este exclusivo sector.
Si a pesar de todas las dificultades consiguen empezar un negocio de calzado artesanal, mi recomendación para que funcione sería; dedicación absoluta, ganas, amor a la profesión y pasión por la belleza. Cada par de zapatos es único y debe ser creado como una obra de arte.
P.- En su oficio es fundamental escuchar las necesidades y expectativas de sus clientes para plasmar en una obra de arte algo tan funcional como es un zapato ¿Cómo es ese diálogo con las personas que le confían sus deseos de lucir un producto artesano tan relevante? ¿Qué preguntas les hace? ¿Qué necesita saber usted de esas personas para definir y dar respuesta a dichas necesidades?
R.- “Dado que las personas que se ponen en mis manos para que confeccione sus zapatos traen la parte de la materia prima que se va a lucir, lo primero sería buscar el mejor diseño para sacar el mayor lucimiento del zapato.
En segundo lugar tratamos de saber sus necesidades en cuanto al tipo de pie de la o el cliente, si su pie es ancho, estrecho, si tiene problemas de juanetes, uñeros o cualquier otro tipo de problema que le pueda producir incomodidad a la hora de calzar el zapato, la altura que desea, los tacones anchos o de aguja, etc.
Así mismo, nos proveemos de las mejores pieles para proporcionar un interior del zapato suave y confortable, ya que la comodidad es nuestro lema. Un zapato de Paco Ochoa se conoce por su comodidad y perfección en su construcción.”
P.- Nosotros somos unos amantes confesos de todo lo artesano y del apoyo que eso representa a la economía local y a los que atesoran un oficio de vital importancia para una economía. Nos interesa mucho saber su opinión así que díganos ¿Por qué es tan importante seguir apoyando el trabajo artesano? ¿Por qué deberíamos fomentar los oficios que tradicionalmente aportan riqueza no sólo económica sino también cultural a una sociedad?
R.- “Es importantísimo apoyar el trabajo artesanal, porque ahora mismo, yo mismo vivo las circunstancias de no encontrar la continuidad de la fábrica y me veo en el dilema de tener que tomar próximamente la decisión de cerrar mi empresa por falta de mano de obra cualificada o de personas que quieran invertir en su futuro con una profesión muy bonita y en continuo crecimiento por la falta de competencia y de nuevos profesionales ya que es un negocio en plena expansión donde cada vez somos menos artesanos en activo.
Un zapato de Paco Ochoa se reconoce por su comodidad y perfección en su construcción
Francisco Ochoa, maestro artesano del calzado
Yo creo que ya he cumplido mi labor durante 50 años y si hubiera gente formada para sustituirme y realizar mis propias labores dentro de la fábrica, mi hija Beatriz podría seguir manteniendo la empresa como legado a tantos años creando arte e ilusión, pero lamentablemente con las circunstancias actuales tendremos que empezar a pensar en retirarme en un futuro no muy lejano, sin poder ceder mi legado para su continuidad.”
P.- La familia Ochoa sin duda es sinónimo de arte y creatividad. Su hermano Domingo esculpe obras de arte y da forma a vehículos que más que superdeportivos representan sensaciones y sentimientos capaces de seducir al conductor más exigente ¿Qué opinión le merece su hermano? ¿Qué le diría y qué consejos le daría para que siga presumiendo de todo ese talento que atesora y que viene de familia?
R.- “Para mi, mi hermano es un ejemplo de tenacidad, inteligencia y sacrificio. Él y su equipo han luchado contra todas las adversidades e injusticias que se le han presentado y seguirá luchando por su sueño mientras pueda.
Le diría que toda su gente creemos en lo que hace y le apoyamos en todo, y sobre todo que estamos seguros de que finalmente logrará su sueño, sea donde sea.”
Mi hermano Domingo Ochoa es un ejemplo de tenacidad, inteligencia y sacrificio
Francisco Ochoa, maestro artesano del calzado
P.- Usted a su edad probablemente ya está pensando en un relevo generacional en su oficio. Díganos ¿Está encontrando ese perfil profesional capaz de recoger el testigo de una actividad tan sacrificada y a la vez tan gratificante?
R.- “Cómo ya he dicho anteriormente, hoy por hoy, aunque me encantaría encontrar un relevo generacional en mi oficio, por desgracia no se ha dado la ocasión de poder hacerlo, por lo que me veo en la tesitura de continuar yo un tiempo más, o dejarlo en manos de alguna persona que quiera implicarse en él y que quisiera seguir disfrutando de un oficio bonito y agradecido, tanto emocional como económicamente.
A todos nos llega la hora de la jubilación, y de disfrutar del resto de años que la vida nos pueda ofrecer, y pienso que más de 53 años creando arte para mis clientes…algún día he de pensar también en mi y en disfrutar de otras formas de sentir y de vivir la vida.”
Conclusión
Las expectativas de futuro para el sector de los artesanos ofrece un panorama muy prometedor. La creciente demanda de productos personalizados y la valoración de la sostenibilidad ambiental y social ofrecen nuevas oportunidades para los artesanos. El auge de las plataformas en línea ha democratizado el acceso a mercados globales, permitiendo a los artesanos vender sus creaciones más allá de sus localidades, lo que antes era un desafío considerable. No obstante, el sector enfrenta retos, como la competencia con productos masivos a bajo costo y la necesidad de adaptarse a las nuevas tecnologías para la promoción y venta en línea. A pesar de estos desafíos, el futuro de la artesanía parece asegurado, impulsado por un renovado interés en lo auténtico, lo sostenible y lo significativamente humano.
