El spa tiene su origen en la antigua Roma, concretamente en la ciudad belga de Spa, un emplazamiento que era conocido en la época romana por sus baños de aguas termales. En cuanto al propio término “spa”, algunos promueven que se trata de un anglicismo mientras que hay otra corriente de pensamiento que afirma que se trata de un acrónimo de la frase en latín “salus per aquam” (salud a través del agua).
Sea cual sea el origen del término “spa”, es a partir del siglo XVII cuando sobre todo en Inglaterra se generaliza como expresión común para definir a una fuente termal o incluso a un balneario. De ahí comienza a utilizarse de una forma global hasta llegar a nuestros días.
Pero volvamos de nuevo a su origen ya que los antiguos romanos utilizaban el spa como un lugar para relajarse y tratar dolencias físicas. El baño de vapor fue parte integral de la cultura romana durante siglos. Durante la antigua Roma estos baños ocupaban grandes espacios e implicaban un gran esfuerzo desde un punto de vista de diseño y construcción. Planificar un spa de una forma adecuada no era tarea fácil pero en aquella época al parecer no había reto que no pudiera asumir la civilización romana.
Historia del spa.
Durante la época Romana, las personas pensaban que el agua caliente ayudaba con molestias musculares, enfermedades comunes y problemas cutáneos. Algunos museos todavía conservan restos de estructuras preservadas romanas que anteriormente albergaban spas. Estas estructuras demuestran cómo en la antigüedad era importante disfrutar de lujos como el spa para permitir a las personas relajarse y sanar holísticamente.
Durante el Renacimiento, los spas comenzaron a identificar lugares en los que las personas podían nadar y se les permitía utilizar instalaciones adicionales como saunas, jacuzzis, tratamientos faciales y corporales.
A finales del siglo XVIII, el interés por los spas había crecido enormemente y se pensaba que estos lugares eran beneficiosos para mejorar la salud mental y física de quienes los visitaban. Los spa limitaron sus servicios exclusivamente a tareas de curación o belleza. En la actualidad, hay muchos géneros de spas desde retreats naturales hasta lugares más modernos con tratamientos sofisticados para proporcionar a sus clientes un verdadero relax y sensación renovada.
Pero fue a finales del siglo XIX cuando el uso de los spas comenzó a extenderse ya que muchos países europeos comenzaron a descubrir sus beneficios. Los baños terapéuticos se utilizaban para mejorar la salud y el bienestar general desde hacía mucho tiempo, pero fue durante el siglo XIX cuando la cultura occidental empezó a reconocer los beneficios de estas experiencias convirtiéndose casi de repente en todo un fenómeno global. Desde entonces, las personas han recurrido a los tratamientos spa con mayor frecuencia para relajarse, restaurar su energía e incluso conectar con su yo interior.
Los beneficios del spa.
Ya lo hemos apuntado con anterioridad, y es que los spas ofrecen numerosos beneficios para el cuerpo. Estos beneficios pueden mejorar la salud y el bienestar de una persona gracias a los tratamientos naturales que se ofrecen en estos establecimientos.
Los principales beneficios físicos incluyen: mejora de la circulación sanguínea, estimulación del sistema inmunológico, relajación muscular profunda, reducción del dolor y eliminación de toxinas. Además, con el uso prolongado de los servicios del spa también es posible prevenir algunas enfermedades comunes como el estrés y otros problemas relacionados con la salud mental.
Una vez finalizado un recorrido típico por un spa una recomendación muy habitual es la de tomar té o zumo para completar la sesión de un modo óptimo. Los beneficios de esta práctica son evidentes ya que aporta hidratación, contiene antioxidantes que ayudan a la regeneración y reparación de células, ayuda al sistema inmunológico, previene la formación de coágulos de sangre y contribuye a disminuir la presión arterial.
El recorrido recomendable para un spa.
Los spa están diseñados para ofrecer un circuito que facilita el uso eficaz de sus instalaciones. Si se sigue el trazado correctamente se podrán aprovechar todos los beneficios que proporciona.
Y es que nuestra “visita guiada” al spa está formada por las siguientes etapas:
- El paso por las duchas para permitir al cuerpo aclimatarse al agua.
- El acceso a la piscina de hidromasaje y el jacuzzi.
- Paso por la sauna o el baño turco para cuidar más la piel.
- A continuación utilizaremos la ducha fría o el baño de hielo para que el contraste de temperatura active la circulación sanguínea y proporcione una sensación de bienestar.
- Llega el momento de descubrir instalaciones como el pediluvio y las duchas de aceites esenciales.
- Por último, ya sólo queda escoger una buena tumbona y relajarse tomando un té o un zumo para hidratarnos y regenerar el cuerpo.
Los tratamientos de spa más habituales.
Los spas modernos han evolucionado desde la práctica tradicional de nuestros ancestros para proporcionar servicios algo más sofisticados y de lujo para ayudar a los clientes a relajarse y sentirse renovados.
Y es que el estilo de vida de los spa modernos gira en torno al lujo y el confort. Ya sea un masaje relajante o un tratamiento facial para aliviar tensiones, sesiones de sauna para desintoxicar el cuerpo, baños terapéuticos para relajarse o una clase de fitness energizante, los balnearios ofrecen una amplia gama de opciones que pueden ayudarle a verse y sentirse mejor.
Los tratamientos de spa más comunes incluyen masajes, baños de burbujas y saunas, exfoliación, tratamientos faciales, manicura y pedicura, envolturas corporales, reflexología y terapias alternativas como la acupuntura. Algunos spas ofrecen tratamientos especializados como tratamientos para la pérdida de cabello o curas de desintoxicación. La mayoría de los tratamientos están destinados a proporcionar relajación y aliviar el estrés en el cuerpo. Muchos también prometen mejorar la salud mental al permitir que las personas experimenten una sensación profunda de calma.
Hoteles de lujo y spa, un binomio de alto valor.
El spa y el sector del lujo están muy conectados entre sí. Muchos de los productos y servicios de lujo y spa están diseñados para crear una experiencia única para sus clientes. Esto incluye productos ricos en nutrientes, así como tratamientos sofisticados, terapias alternativas y servicios personalizados únicos. Estas experiencias a menudo tienen precios altos que, como sabemos, son característicos del mercado del lujo. Además, algunas marcas famosas se asocian con los spas para ofrecer servicios exclusivos a sus clientes, contribuyendo a la imagen de marca de lujo que muchas empresas desean potenciar.
De hecho, los hoteles de lujo fueron uno de los primeros grupos en incorporar los balnearios spa como servicio para sus huéspedes. Esta tendencia se convirtió en una forma popular e innovadora de mejorar la experiencia del cliente y ofrecerles una variedad de tratamientos personalizados. Además, muchos hoteles ofrecen salones spa adicionales con instalaciones especializadas para satisfacer todas las necesidades del cliente.
La incorporación de spa como un elemento común en los hoteles fue popularizada a partir de la década de 1960. Aunque algunas marcas más lujosas ya habían incorporado instalaciones relacionadas con el spa antes de esta época, fue durante los años 60 cuando el concepto de spa comenzó a desarrollarse y evolucionar hasta convertirse en una característica esencial en la mayoría de los hoteles y resorts de lujo del mundo.
Características de un spa 5 estrellas.
Una vez analizados los beneficios del spa y su clara conexión con el sector del lujo, en GenexiGente cabe preguntarnos cuáles son las características que debe reunir un spa en un hotel de lujo para proporcionar verdadero valor añadido a sus huéspedes.
Quizá, una de las aportaciones más interesantes en ese sentido la ha realizado Don Carlos Resort & Spa, uno de los hoteles de lujo mejor valorados de Marbella, en España. Los profesionales de The Oasis Wellness & Spa Don Carlos exponen una serie de elementos esenciales para configurar un servicio de spa de cinco estrellas. Son estos:
- Zona de aguas termales: ésta es una de las más importantes. Desde épocas milenarias, el agua ha sido un elemento de tratamiento para diferentes patologías, como reumas, artrosis o fracturas, siendo en la cultura griega y romana una zona de encuentro social, de ahí las famosas “Termas”. El espacio dedicado a las aguas termales se divide, principalmente, en tres zonas: una piscina revitalizante con chorros, una piscina de agua fría y otra de agua caliente.
- Servicios exclusivos de agua: además de las piscinas de diferentes temperaturas del spa, lo ideal es otorgar un nuevo valor añadido a las instalaciones proporcionando servicios como:
- Aromaterapia: cabina envolvente de aromas a 50º de temperatura.
- Sauna: perfecta para activar la circulación. Suelen estar a 80º, con un 10% de humedad.
- Baño de vapor: es estupendo para abrir las vías respiratorias y cuidar la piel. Está a un 100% de humedad y a 40º.
- Templo de duchas: con el objetivo de mejorar la circulación sanguínea, en él se emplean cubos, cascada y a diferentes temperaturas. Las duchas también son perfectas para las contracturas.
- Masajes con envoltura como barro o chocolate.
- Masajes de ensueño: en todo spa de 5 estrellas, la carta de masajes ha de estar presente. Desde el masaje tailandés o masajes con piedras calientes. Sin duda son los mejores servicios para adentrarse en un estado de relajación zen y obtener una profunda revitalización del cuerpo.
- Tratamientos estéticos de belleza facial: la mayoría de los spas de lujo cuentan con exclusivos tratamientos que combinan lo último en protocolos rejuvenecedores para la piel, gracias al lifting o el endermolift, que reducen las líneas de expresión y desintoxican la piel.
- Y, por último, no pueden faltar los servicios de manicura y pedicura, así como los tratamientos con la más moderna tecnología, como la radiofrecuencia INDIBA, que rejuvenece el aspecto de la piel, la presoterapia o el masaje de drenaje linfático, que ayuda a depurar las toxinas, entre otros.
En definitiva, el spa representa toda una experiencia sensorial y revitalizante que viene prácticándose desde tiempos ancestrales y que sin duda aporta a nuestro cuerpo todo lo necesario para cuidar nuestra salud y proporcionar el bienestar que necesitamos para afrontar los numerosos retos que conforman nuestro día a día. El spa debe ser como un santuario, un lugar de visita obligada ya sea durante nuestras vacaciones o para escapar de la rutina diaria y adrentarse en el apasionante mundo de la introspección y cuidado personal.
