Ferrari

Ferrari es una marca dedicada a la fabricación de coches deportivos con sede en Maranello (Módena), Italia. Su fundador, Enzo Ferrari logró construir una leyenda alrededor de un símbolo que, como el Cavallino Rampante, representa la idea de fabricar automóviles de altas prestaciones sin abandonar el concepto del diseño, el lujo y la exclusividad.

¿Cuál es el origen de Ferrari?

Enzo Ferrari, gran aficionado a las carreras de coches de alta competición, fundó la Scuderia Ferrari en 1929 para patrocinar a pilotos con talento. Tras unos primeros años de gran éxito, en 1938 Alfa Romeo contrató a Enzo para dirigir su división de carreras. Sin embargo, en 1940 Enzo Ferrari conoció la intención de Alfa Romeo de hacerse con su Scuderia Ferrari y tomar el control total de la organización por lo que optó por abandonar al conocido constructor italiano. Como por contrato tenía prohibido competir creó una nueva compañía dedicada a la fabricación de maquinaria y accesorios para aviones. Esta nueva empresa se denominó Auto Avio Costruzioni Ferrari.

¿Cuándo fabricó Ferrari su primer deportivo?

Aunque podría afirmarse que el primer coche que fabricó Enzo Ferrari fue el Tipo 815, en realidad la mayoría de expertos consideran que el primer deportivo construido por la marca fue el 125 S, un vehículo que data de 1947. Este coche estaba propulsado por un motor de 1.5 litros de 12 cilindros en V.

Lujo, diseño y prestaciones como sellos de identidad de la marca

Cabe destacar que la verdadera pasión de Enzo Ferrari era la competición, pero se vio obligado a fabricar coches para así poder financiar su Scuderia. La perfección que Enzo quiso plasmar en sus coches se forjó a partir de decisiones que marcaron la evolución de la compañía. Estudios de diseño como Pininfarina crearon verdaderas obras de arte que en forma de deportivos pronto se ganaron una gran reputación y prestigio como símbolo de lujo y prestaciones. La calidad era otro de los elementos que rápidamente definieron la gama de productos de la empresa. Todo ello no hizo sino reforzar la idea de que Ferrari era un símbolo entre aquellos que amaban el buen gusto, algo que en ocasiones enfadaba al propio Enzo ya que tenía la sensación de que los clientes compraban sus coches por el diseño y no por las excelentes prestaciones que proporcionaban.
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