En el corazón del Otoño-Invierno 2024, el Estudio Prêt-à-Porter Femme de Givenchy teje una vez más una conversación íntima con el legado del inimitable Hubert de Givenchy, donde el susurro de las musas, tanto del ayer parisino como de la elegancia contemporánea, infunde vida a una colección en la que la seducción se juega en las delicadezas más tenues.
Bajo el techo histórico del número 3 de la Avenue George V en París, se desvela un escenario donde el día se embellece con el glamour de la noche, envuelto en una paleta de colores que parece extraída de un filme clásico, fusionando el profundo negro con el azul marino y destellos del adorado zafiro de Hubert. Cada silueta es un testimonio de construcción meticulosa, desde los vestidos adornados con cuellos de cristal tallado hasta las piezas tipo corpiño que abrazan la figura con un escote hirondelle, todos unidos por lazos rígidos en forma de pétalos, un leitmotiv que se extiende hasta los accesorios, creando un diálogo visual que acaricia la vista y el alma. Los dramáticos drapeados y los blazers de hombros elevados son esculturas en movimiento, mientras que las texturas de piel sintética y plumas bordadas susurran historias de tacto y suavidad.
En un reflejo de la colección masculina, se reavivan los motivos de archivo, transformando piezas en narrativas visuales, como el gráfico de lámpara de araña que embellece un vestido de encaje laminado, o los gatos con miradas misteriosas que parecen guardar secretos antiguos. Joyería de tamaño generoso en cristal y esmalte, inspirada en el tesoro del archivo, adorna el presente con recuerdos del esplendor pasado. Los colgantes felinos, forjados en metales preciosos y strass, y el lanzamiento del P’tit Voyou, junto a la reinvención del bolso Pumpkin, son el puente entre la herencia y la innovación, un homenaje que Givenchy rinde a su historia, invitando a cada portador a ser parte de su continua evolución. En esta colección, Givenchy no solo presenta prendas, sino que ofrece una experiencia, un viaje a través del tiempo donde la belleza, la emoción y la historia se entrelazan en el tejido mismo de su creación.
