- Exterior: es una interpretación deportiva del diseño One-Bow con referencias de alta tecnología.
- Interior: fusiona una sensación de salón con el minimalismo de un superdeportivo
- El motor de flujo axial YASA señala el futuro de la propulsión eléctrica de alto rendimiento
Mercedes-Benz Vision One-Eleven combina un diseño muy dinámico con una innovadora tecnología de propulsión totalmente eléctrica. El desarrollo de este diseño subraya el posicionamiento de la marca Mercedes-Benz dentro del ámbito de los coches de lujo. Entre sus aspectos técnicos más destacados cabe mencionar el motor de flujo axial extremadamente potente y muy eficiente desarrollado por el especialista británico en motores eléctricos YASA, una empresa que desde julio de 2021 es filial de Mercedes-Benz AG.
El Mercedes-Benz Vision One-Eleven se inspira en la tradición de los legendarios vehículos experimentales C 111 de los años 60 y 70, que se utilizaron para probar los revolucionarios motores Wankel y turbodiésel. También sirvieron de prototipos para probar carrocerías basadas en polímeros. Los deportivos con motor central, extremadamente (aero)dinámicos, se consideran iconos del diseño de su época, sobre todo por sus distintivas puertas de ala de gaviota y su llamativa pintura naranja y negra.
El exterior: diseño One-Bow para reforzar su estilo atlético
La carrocería del Mercedes-Benz Vision One-Eleven se centra en la hábil ejecución del diseño One-Bow. Desde la parte delantera baja hasta los musculosos cuartos traseros, discurre en una suave curva que confiere a la silueta del vehículo de sólo 1.170 mm de altura una sensación extremadamente escultural. Esto armoniza perfectamente con la pintura alubeam naranja cobrizo. El color del Mercedes-Benz Vision One-Eleven transmite no sólo una sensación de calidad sino también cierta extravagancia.
Otras características destacables de la vista lateral son las puertas enrasadas en forma de alas de gaviota y las ventanas laterales opacas desde el exterior y camufladas por un patrón pixelado. Mención aparte merecen las ruedas de gran diámetro insertadas perfectamente en los pasos de rueda debajo de unas voluminosas aletas ensanchadas. Esto refuerza la impresión de una máquina de conducción absolutamente deportiva y aerodinámicamente refinada.
El diseño de las ruedas evoca los devanados de un motor eléctrico, un claro indicador del sistema de propulsión totalmente eléctrico de última generación que sustenta el Mercedes-Benz Vision One-Eleven. Contrastan con el diseño de superficie minimalista y suave del vehículo, que se parece más a una obra de arte escultórica que a uno de los superdeportivos más relevantes que recorrerán las carreteras del futuro. Este contraste es típico de los llamados factores X que la marca aplica a sus diseños y una característica distintiva del Vision One-Eleven.
Otro contraste sorprendente lo vemos en unos faldones delanteros y traseros muy bajos, acabados en negro mate. Los dos elementos aerodinámicos profundamente pronunciados están conectados ópticamente mediante dos perfiles de ala del mismo color que se extienden a lo largo de los flancos debajo de los umbrales. Estos perfiles presentan piercings retroiluminados en azul. Los elementos aerodinámicos funcionales también sirven como referencia de diseño adicional al C 111, que está pintado de negro en la parte inferior de su carrocería. La oscura “línea de quilla” del Mercedes-Benz Vision One-Eleven genera una impresión de transición perfecta entre el vehículo y el suelo, incluso más poderosa que la del C 111. La forma del automóvil parece fusionada con la superficie de la carretera.
El diseño frontal: alta tecnología sin dejar de lado la referencia histórica
El frontal del Mercedes-Benz Vision One-Eleven también recuerda mucho al C 111. Sin embargo, en los detalles hay diferencias significativas: un ejemplo es el distintivo frontal, que en ambos vehículos consta de un elemento rectangular bajo con extremos redondeados a izquierda y derecha. En el C 111 se trata de un elemento cerrado de plástico con estructura alveolar, equipado con faros antiniebla redondos. La pieza correspondiente del Vision One-Eleven parece muy similar a primera vista. Sin embargo, tras una inspección más cercana, se revela como una característica de alta tecnología. El panel es una pantalla externa flexible con una apariencia pixelada en 3D. Interpreta las características luces redondas del C 111 de forma digitalizada y también puede transmitir mensajes a otros usuarios de la vía.
A diferencia del C 111, el Mercedes-Benz Vision One-Eleven equipa un faldón delantero en forma de U y de perfil muy marcado. Por encima de la esbelta franja luminosa, tanto antepasado como descendiente muestran otras similitudes, sobre todo las tomas de aire negras en el capó.
El diseño de la parte trasera: características aerodinámicas y elementos digitales
La parte trasera del Mercedes-Benz Vision One-Eleven también está dominada por un difusor de perfil potente. A lo ancho, encima hay una pantalla que hace eco de la forma de su contraparte en la parte delantera y presenta la misma estructura pixelada en las luces traseras rojas. Al igual que los perfiles de las palas a lo largo de los laterales, también se pueden ver efectos de iluminación azules en la parte trasera. La cara interior de las ruedas está dotada de elementos luminosos circulares.
El diseño interior: el primer interior de un deportivo con concepto de salón
En el interior, el Mercedes-Benz Vision One-Eleven refleja el cambio de paradigma del coche deportivo autónomo al vehículo eléctrico autónomo que la marca alemana ha sabido reproducir dentro del segmento de los superdeportivos a través de dos estados completamente diferentes. Por un lado, en el modo carrera, con el respaldo erguido y la compacta pantalla táctil orientada al conductor, el interior se convierte en el de una máquina de conducción minimalista. Por otro lado, en el modo lounge, los asientos están completamente integrados en la escultura interior, que fusiona los umbrales, el túnel central y el maletero en una sola unidad o espacio.
Esto crea un concepto espacial completamente nuevo y excepcionalmente aireado. A diferencia de los anteriores deportivos con motor central, aprovecha las proporciones compactas de los motores eléctricos para ampliar el interior hacia atrás. Como consecuencia de ello, el interior tipo salón invita a los ocupantes a tomarse su tiempo y relajarse: un enfoque completamente nuevo para el automóvil deportivo del futuro.
Ambiente futurista y lujoso con colores contrastantes.
El diseño interior del Vision One-Eleven refleja el lujo del futuro basado en un concepto de color progresivo y extraordinarias combinaciones de materiales. Los colores y materiales contrastantes llaman la atención a primera vista: grandes superficies, como el tablero de instrumentos, están tapizadas con tela blanca con una estructura alveolar de aspecto tecnológico. El material está hecho de poliéster 100 por ciento reciclado. Otros elementos, como los reposabrazos en los umbrales y la consola central, así como el estante trasero debajo del amplio parabrisas trasero, están tapizados en cuero de color naranja brillante. Esto crea una transición suave entre el interior y el maletero. El cuero procesado de forma sostenible se curtió con cáscaras de granos de café. El aluminio pulido en los radios del volante y las correas incrustadas en los apoyabrazos subrayan la apariencia y sensación tecnológicas. Lo mismo se aplica a los pedales de freno y acelerador, ambos fabricados en aluminio pulido y montados en el suelo.
Por lo demás, el equipamiento interior del Mercedes-Benz Vision One-Eleven se ha reducido al mínimo. Al igual que en el exterior, también aquí la tarea era mantener al mínimo el número de funciones adicionales. Los asientos son un buen ejemplo ya que no siguen el formato clásico. En cambio, los cojines de los asientos están integrados a ras del suelo. Esto crea la impresión inicial del asiento envolvente de un coche de carreras de Fórmula 1. El arnés naranja de cuatro puntos y su hebilla pulida de alto brillo refuerzan aún más el carácter deportivo.
Sin embargo, los innovadores asientos combinan esta sensación deportiva con un lujoso confort porque, a diferencia de un coche de carreras de Fórmula 1, el ángulo del respaldo se puede ajustar. El brillo plateado de su tapizado con acolchado de rombos es otro atractivo que subraya el ambiente interior de primera clase. Entre los asientos hay una consola central compacta, independiente en el espacio como una obra de arte.
El único elemento de gran complejidad en el interior es el volante revestido de cuero, que está equipado con varios controles funcionales y elementos táctiles de última generación. Esto se complementa con una pantalla táctil compacta de alta resolución montada en el lateral del volante e inclinada hacia el conductor. Muestra toda la información relevante del vehículo según sea necesario.
Fusión de lo analógico y lo digital: UI/UX con aspecto de píxel retrofuturista
El contraste con el moderno interior lo proporciona la esbelta pantalla de píxeles que ocupa todo el ancho del salpicadero y retoma la forma de las bandas luminosas delanteras y traseras. También en este caso la estructura de píxeles es intencionadamente tosca, lo que confiere a la información mostrada, como por ejemplo la velocidad actual, un aspecto sorprendentemente atrevido. Además, la pantalla de píxeles 3D muestra piezas de arte digital como un flujo de códigos QR toscamente rasterizados al estilo de los primeros teletipos de noticias digitales. Esto se hace con la ayuda de píxeles de vidrio que muestran un gradiente de color que cambia según el ángulo de visión. La imagen real correspondiente aparece entonces nítida en la pantalla de alta resolución situada junto al volante.
Esta combinación de representaciones muy diferentes de la misma imagen encarna una interpretación adicional de MBUX Hyperscreen con un enfoque en interfaces flexibles. El aspecto retrofuturista de 8 bits crea así un factor X adicional. El desarrollo del Mercedes-Benz Vision One-Eleven refuerza la creciente fusión de lo físico y lo digital.
Creación de una interfaz de usuario espacial experimental: la realidad aumentada lleva la experiencia del usuario a un nuevo nivel
Para el estreno del Vision One-Eleven, los diseñadores de Mercedes-Benz han creado una experiencia de usuario visionaria con la ayuda de realidad aumentada (AR), instalándola dentro de un prototipo virtual del interior del Vision One-Eleven. Tan pronto como el conductor se pone los auriculares de realidad aumentada Magic Leap 2, su experiencia se enriquece con contenido digital de alta definición que se integra contextualmente en su entorno. Crea una combinación espacial perfecta de interior físico e interfaz de usuario digital más allá de la pantalla. De hecho, todo el coche se convierte en la interfaz de usuario.
Mercedes-Benz ha estado explorando los beneficios de la RA desde el lanzamiento del concept car F015 en 2015. La interfaz de usuario AR de este nuevo automóvil presenta una visión del futuro que funciona en dos niveles: la información adjunta al tablero y la información ubicada en el entorno dentro y fuera del coche. Esto marca el siguiente paso desde la interfaz de usuario basada en pantalla con tecnología intuitiva de capa cero de Mercedes-Benz a una interfaz de usuario AR que organiza elementos de capa cero alrededor del usuario en el espacio. Los elementos incluyen módulos, iconos 3D y el mapa de navegación. La interfaz de control alrededor del tablero y el volante también se amplía con información contextualizada adicional adjunta a objetos reales, como botones o interruptores.
La vista AR de 180 grados incorpora el mundo fuera del prototipo virtual, fusionando sin esfuerzo el automóvil con su entorno y colocando al conductor en el centro. Los elementos del mapa se proyectan en el entorno, que se enriquece con información adicional, como lugares de interés o peligros ocultos, como obras en la carretera más allá de una curva. Con esta vista de rayos X, el sistema mejora el conocimiento de la situación al mezclar detalles sin importancia para crear una imagen ordenada de información relevante. Los elementos que obstruyen la línea de visión del conductor, como el pilar A, las puertas o incluso el capó, aparecen entonces como “transparentes”. Los diseñadores y expertos de Mercedes-Benz trabajaron con los especialistas técnicos de Magic Leap para desarrollar y perfeccionar la experiencia de AR mostrada en Vision One-Eleven utilizando las altamente avanzadas gafas de AR Magic Leap 2.
La interfaz de usuario espacial es un faro para una experiencia de usuario de Mercedes-Benz libre de tecnologías. Es parte de una visión más amplia que mira hacia la realidad extendida, donde la tecnología y el hardware dejan de ser el punto focal; en lugar de convertirse en facilitadores totalmente integrados y fluidos de las necesidades y deseos de los usuarios.
Tren motriz eléctrico innovador: motor de flujo axial de alto rendimiento y tecnología de batería completamente nueva
Los aspectos más destacados de la tecnología incluyen un nuevo concepto de batería que presenta celdas cilíndricas refrigeradas por líquido de alto rendimiento con una química de celda novedosa. Una vez más, los amplios conocimientos de los expertos en deportes de motor de Mercedes-AMG High Performance Powertrain en Brixworth se plasmaron en este prometedor concepto para las futuras baterías orientadas al rendimiento. Aparte de eso, Vision One-Eleven cuenta con dos motores de flujo axial excepcionalmente potentes y avanzados de YASA. Mercedes-Benz está desarrollando esta tecnología junto con YASA hasta alcanzar la madurez de producción a gran escala para sus propulsores eléctricos de próxima generación. YASA es un especialista británico en motores eléctricos con sede en Oxford y desde julio de 2021 es filial al 100 por ciento de Mercedes-Benz AG. De este modo, la empresa se asegura el acceso a una tecnología de futuro única que tiene el potencial de llevar la movilidad eléctrica a un nuevo nivel. nivel de actuación.
“Los motores de flujo axial son significativamente más ligeros y compactos, pero más potentes que los motores de flujo radial comparables que se utilizan actualmente en el 99 por ciento de todos los coches eléctricos. En un motor de flujo axial, el flujo electromagnético corre paralelo al eje de rotación del motor, lo que es muy eficiente. En un motor de flujo radial, el flujo corre perpendicular al eje de rotación. En comparación con los motores de flujo radial, tienen reservas de potencia considerablemente mayores y más duraderas, lo que ofrece un nivel de rendimiento completamente nuevo”.
Tim Woolmer, fundador y director de tecnología de YASA
Además de su potencia y densidad de par, otro beneficio importante es el paquete estrecho, que reduce tanto su peso como sus dimensiones. El peso de un motor de flujo axial es sólo un tercio del de los motores eléctricos actuales con la misma potencia. Al mismo tiempo, requiere sólo un tercio del espacio que ocupa un motor de flujo radial. Esto abre opciones completamente nuevas para los ingenieros, así como nuevas libertades en el diseño de un vehículo eléctrico, como lo demuestra Vision One-Eleven.
La futura generación de motores de flujo axial YASA se producirá en la planta de Mercedes-Benz en Berlín-Marienfelde. Los motores fabricados allí serán el corazón del próximo sistema de propulsión para el segmento de altas prestaciones.
